01.07.10. Un reciente estudio asegura que la historia climática de la Tierra demuestra que siempre que nuestro Planeta se ha calentado o enfriado por el factor que fuera, el Ártico sufre dicha anomalía de forma amplificada por un factor de tres (aproximadamente).

El factor más importante que produce dicha amplificación térmica en el Ártico es la retroalimentación positiva (o negativa) en la temperatura que se produce a partir de los cambios de la superficie del hielo marino y de la capa de nieve en tierra.

El estudio realizado por Gifford Miller, de la Universidad de Colorado y publicado en el último número de la revista Quaternary Science Reviews, nos indica que si la temperatura media de la Tierra desciende 3º C, el Ártico puede enfriarse entre 9 y 12 º y viceversa.

Esta amplificación ártica puede ponerse de manifiesto este año, tras los registros que está midiendo el NOAA que demuestran que la temperatura media del Planeta está por encima de la media en muchas zonas, alcanzando en lo que va de año registros nunca conocidos en muchas regiones.

El factor más importante que produce dicha amplificación térmica en el Ártico es la retroalimentación positiva (o negativa) en la temperatura que se produce a partir de los cambios de la superficie del hielo marino y de la capa de nieve en tierra, asevera Miller: cuando el hielo se derrite más luz solar llega a los océanos (o al suelo) causando aún más hielo se derrita. Lo contrario también es cierto; cuando hay más hielo refleja más energía solar de vuelta al espacio, favoreciendo el enfriamiento en todo el Ártico, lo que conduce a la formación de más hielo marino y al aumento de la superficie nivosa en tierra.

Otras respuestas climáticas positivas que operan en el Ártico son el deshielo del permafrost y los cambios de la cubierta vegetal. El deshielo del permafrost conduce a la liberación de metano y otros compuestos de carbono que pueden llegar a la atmósfera, provocando un calentamiento por ‘efecto invernadero’.

El calentamiento también se refuerza cuando se mueven hacia el Norte los arbustos reemplazando a otras plantas inferiores tundra ayudando a derretir de forma más rápida a la nieve. Lo contrario sucede cuando es la tendencia al enfriamiento.

Para sacar todas estas conclusiones, Miller y su grupo de científicos examinaron cuatro cambios del clima en el Ártico de los que había buenos datos.