Excepcional ruta la que caminamos ayer Dani, Fran y yo. Se trata de un sendero muy largo aunque no complicado, pero cuenta con muchos rincones paisajísticos y tal variedad de fauna y vegetación que nos hacía desviarnos del propio camino o bien detenernos bastantes minutos en el mismo a recrearnos en lo que veíamos. Así que no anduvimos los 17 Km que separan Montejaque de Cortes de la Frontera, como era la idea inicial, y nos quedamos a unos 2 Km pasado el Cortijo de Líbar, algo más de la mitad de la senda con el kilometraje añadido de la vuelta por delante.
En otra ocasión atacaremos el resto de la ruta y otras que se abren a partir de este camino principal y a las que ya hemos echado el ojo.
Como digo partimos de Montejaque a unos 715 msnm, municipio que se encuentra a 18 Km de Ronda, al NO de la provincia malagueña. El camino, bien señalizado, parte desde este bonito pueblo del Valle del Guadiaro, concretamente desde la Calle del Tajo. Primavera adelantada con almendros y ciruelos en flor y los lirios al arrancar la ruta por el empinado valle inicial:
El camino deja al Oeste la Sierra de Montalate y los escarpados Cerros del Hacho y Cachuelo donde vemos el vuelo de buitres y según cuenta la bibliografía alimoches. Los primeros 4 Km, en moderada subida, transcurren por zonas de campos de cultivos, granjas avícolas, de cabras, borregos, vacas... Al Este queda la Sierra de Juan Diego que alberga fantásticos torcales. El momento 'trágico' de la jornada: un borrego se ha quedado al otro lado de la alambrada y llama desesperadamente a su madre que responde a su balido: no temáis a la vuelta vimos que el desenlace fue feliz y ambos volvían a estar juntos
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Culminamos la subida de unos 4 Km del pueblo. Llegamos a unos 1000 msnm a un puerto donde empiezan a aparecer las primeras encinas, con un precioso bosquete incluso en la parte más alta de las montañas que nos rodean:
Comenzamos el descenso y la vista es excepcional: se extienden ante nosotros dos poljes, el de los "Llanos del Pozuelo" y el de los "Llanos del Baldío". Se denomina polje al valle ubicado entre montañas calizas que con el paso de los años son rellenados de material procedente de la erosión de estas rocas por lo que en los que la mayoría de las veces los arroyos no tienen una salida y son absorbidos por sumideros y grandes simas. La vista del enorme valle es idílica. Parecería un enorme campo de golf pero se trata de un entorno natural semi-virgen, solo condicionado por la presencia de pequeñas explotaciones ganaderas y agrícolas:
El primer llano grande que atravesamos es el "El Pozuelo", cerca del cortijo, a la derecha la bibliografía nos indica que existen dos profundas simas que actualmente están en catalogación. La alta prluviometría de la zona, normalmente alrededor de los 1.500 mm anuales, se deja ver en un paisaje embarrado y encharcado donde el nivel freático a menudo está por encima del nivel del piso y deja ver más de una laguna:
Nos adentramos ahora en un impresionante bosque de quejigos y encinas para buscar el Llano de Líbar... Después sigo
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