Menos mal que el Dios de las tormentas me ha obsequiado con un regalo, justo salir del trabajo, llegar a casa, coger la cámara e irme a la playa... Ha pasado una patrulla de la Guardia Civil que se me ha quedado mirando como diciendo "A dónde irá este gilipollas"... Pues iba a esto, señores guardias...... A reencontrarme cara a cara con los rayos, con el ombligo eléctrico que une nubes y tierra...
Sólo me ha dado tiempo a hacer esta, señores... Más lo lamento yo, que me he tenido que volver con la miel en los labios, por los impresionantes relámpagos que estaban dando.
La foto está hecha a 18 mm. Por eso da la impresión de lejanía, pero nada más lejos de la realidad, pues el susto que me he llevado ha sido morrocotudo
Al menos me vengo con una buena pieza... Y que siga la fiesta