Análisis de las lluvias torrenciales del 82 en el Pirineo de Lleida

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No sé si es el subforo adecuado. Si no lo es ya lo moverán los responsables a donde estimen.

Hace unos días, a raíz de un topic sobre nuestras vivencias meteo, se me propuso publicar aquí un extracto de un trabajillo que me encargaron en 2002 con motivo del vigésimo aniversario de uno de los episodios meteorológicos más excepcionales del último cuarto del siglo XX en Lleida. Se trata de las lluvias torrenciales del 7-8 de noviembre de 1982 en el Pirineo, y de sus consecuencias en gran parte de la cuenca del Segre.

Mi exposición igual os resulte larga y correosa, pero está hecha desde una óptica geográfica (no en vano yo soy geógrafo), o sea que voy más allá de la meteorología estricta. Antes del análisis meteorológico daré 4 pinceladas de las consecuencias del episodio, así como presentar los distintos contextos que allí se dieron cita, recordando que estoy hablando básicamente de la cuenca del río Segre (y la comarca del Pallars Sobirà en particular), a pesar que en todo el Pirineo hubo estragos.

Unas consecuencias catastróficas

Consecuencias sociales:
- 14 víctimas mortales
- Aislamiento y evacuación de poblaciones
- Destrucción masiva de infraestructuras viarias
- Cortes prolongados en la disponibilidad de servicios básicos (agua potable, electricidad ...)

Consecuencias económicas
- 45.000 millones de pesetas (de 1982) de pérdidas en toda Catalunya
- El Pallars Sobirà (cabecera de la Noguera Pallaresa (importante afluente del Segre)), la comarca más afectada con una pérdidas equivalentes a 278.000 pesetas por habitante.
- En dicha comarca, el municipio de la Guingueta d'Àneu, seriamente afectado por un corrimiento de tierras, tuvo un coste por habitante de 1.815.000 pesetas su reconstrucción (datos de 1982).


El contexto humano
- El Pirineo en general estaba en un claro retroceso demográfico en 1982. La comarca del Pallars Sobirà contaba con un censo de 5.450 personas siendo de las comarcas más grandes en extensión de Catalunya.
- Abandono de las actividades agrarias tradicionales de la zona. Incremento del sector servicios, aunque el turismo no era lo de hoy en día y la práctica del esquí no estaba demasiado extendida en la sociedad.
- Deficiente estado de la red viaria, lo que suponía un mayor aíslamiento de la zona, aún si cabe, de la llamada "civilización". De hecho el cambio sufrido por la red de carreteras españolas en general los últimos 25 años es asombroso, y los que paséis de los 30 años me entenderéis perfectamente.


El contexto natural
Estamos en pleno Pirineo, lo que equivale a hablar de:
- Largos valles estrechos y hondos modelados por los glaciares del cuaternario
- Desniveles pronunciados, con restos de sedimentaciones morrénicas fácilmente erosionables originando corrimientos de tierras
- Orientación norte-sur de los valles principales (de vital importancia ante la situación meteorológica que se vivió).
- Cumbres culminantes de 2.500 a 3.000 de altura en todas las cabeceras.
- Materiales predominantes graníticos y pizarrosos (impermeables) que facilitan las avenidas ante lluvias copiosas.


El contexto climático
- Variabilidad climática a causa del relieve accidentado y la orientación. Así en el mismo Pallars Sobirà encontramos l'estany de Sant Maurici a unos 2.000 metros, con 4º de temperatura media anual y 1.250 mm de precipitación al año ... mientras que los fondos de valles, afectados por una notable sombra pluviométrica, presentan registros como los de Llavorsí, a pocos km en línea recta de Sant Maurici, pero con 11º de temperatura media anual y unos 700 mm de precipitación.
- Por otra parte, existe una sensible irregularidad pluviométrica, propio del mundo mediterráneo en el que estamos a pesar que no lo pueda parecer.


Prueba de esto último adjuntaré 2 mapas explícitos. El primero es el de la precipitación media anual del nordeste peninsular.

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El siguiente mapa es el de la precipitación media de noviembre en la misma zona. Huelga decir que en 1982 se dispararon estos valores en sólo 48 horas.

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Vayamos al análisis de este episodio meteorológico singular, en el que hace falta tener en cuenta los contextos descritos anteriormente para entender mejor lo que ocurrió.

Primero decir que estuvimos ante un cúmulo de factores desencadenantes
- Una borrasca excepcional. Veremos más adelante los mapas, pero una profundísima borrasca alcanzó casi el litoral gallego para volver a subir de latitud posteriormente. Su radio de acción era tan amplio (se llegaron a medir presiones inferiores a 950 hPa en su centro), que sus frentes asociados barrieron toda la península con energía, con fuertes vientos de sur y suroeste en superficie.
- Una situación de acusada inestabilidad potencial. No es el momento de explicar detenidamente este término, pero en los radiosondeos de la época de Tolouse, Madrid o Palma, se podía apreciar que a poco que hubiera algún forzamiento inicial para el ascenso de aire, los procesos convectivos profundos se verían muy favorecidos.
- Una fuerte y repentina advección de aire muy cálido y húmedo en los niveles bajos troposféricos sobre la zona del Pirineo.
- Ligado a lo anterior, y como principal causa de forzamiento desencadenante, una barrera orográfica como es el Pirineo que actuara como palanca.

Todo ello motivó unos efectos meteorológicos extremos:
- Precipitaciones torrenciales persistentes sobre una amplia franja del Pirineo. En la Molina (cabecera del Segre), se midieron 556 mm en apenas 48 horas.
- Vientos sinópticos huracanados, acelerados por una disposición geográfica favorable (rachas de hasta 170 km/h medidas en los escasos observatorios de alta montaña de la época ligados a estaciones de esquí).
- Descenso brusco y muy acusado de la presión atmosférica: 20-25 hPa en 24 horas. Ligado a esto, conviene destacar que los habitantes de la zona culpan del desastre a las surgencias espontáneas de aguas subterráneas que se desencadenaron en los escasos macizos calcáreos de la zona, de modo que los lugareños dicen que los barrancos y torrentes bajaban casi desbordados antes de empezar a llover ... algo sólo explicable por el efecto de succión que realizó el descenso súbito barométrico en las cuevas y avencs de los karsts de la zona, más propios del Prepirineo que de la zona Axial de la cordillera.

Consecuentemente los efectos geomorfológicos e hidrológicos también pueden considerarse extremos:
- Crecida súbita de todos los ríos y torrentes (flash floods), con desbordamientos puntuales. En la parte baja de la cuenca, llegó una gran avenida al día siguiente que motivó una de las mayores riadas del siglo XX en Balaguer o en Lleida, con todos los barrios próximos al Segre inundados por casi 2 metros de agua.
El siguiente cuadro de caudales en m3 por segundo nos dará una idea de lo sucedido. Primero figura el caudal medio de la época y después el máximo del episodio.
Río Noguera Pallaresa
La Pobla de Segur ... 30 ... 620
Camarasa ... 47 ... 1.300
Río Segre
Puigcerdà ... 18 ... 600
La Seu d'Urgell ... 21 ... 1.000
Oliana ... 32 ... 2.000
Lleida ... 140 ... 3.200
Río Ebro
Tortosa ... 540 ... 3.200

- Inundación de zonas "ocupadas" dentro del lecho natural del río. No es algo desconocido todavía hoy en día. El ser humano invade los espacios que pertenecen al río, aunque este sólo los recupere muy pocas veces.

- Múltiples corrimientos de tierras y coladas de barro. Algunos especialmente dantescos por la destrucción que originaron como la colada de aluviones morrénicos en la Guingueta d'Àneu (Pallars Sobirà) (aún hoy visibles), o el de Pont de Bar (Alt Urgell) que motivó el abandono del pueblo (también hoy visible el pueblo abandonado medio derrumbado por el corrimiento) y construcción de uno nuevo al otro lado del río en una vertiente sin riesgos aguas abajo del Segre.

- Modificación de los cursos fluviales. Como pasa casi siempre tras una avenida en las partes medias y bajas de un valle, se destruyeron meandros o se crearon de nuevos, y el trazado del río varió, lo que también afectó la reconstrucción de infraestructuras destruídas como puentes o carreteras.

- Terremoto en Oliana. Aunque pueda parecer exagerado, la llegada de la riada procedente de la zona de la Seu-Andorra al tramo del Prepirineo que cruza el Segre, y donde se ubica el pantano de Oliana, al golpear contra la presa motivó un pequeño movimiento sísmico que detectaron los sismógrafos, con epicentro en el pantano de Oliana, y a la hora de la llegada de la avenida, lo que dió que pensar que la causa del sismo fue el golpe del agua contra las paredes de la presa.

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Pasemos a ver un amplio registro de mapas e imágenes de satélite para ver con más detalle lo que aconteció sinópticamente. Los modelos los he recuperado de la página de wetterzentrale.de que seguramente conoceréis y las imágenes de satélite son del NOAA (satélite de órbita polar) bajadas de la Universidad de Dundee (Escocia).

Primero nos vamos a las vísperas de los efectos devastadores. Los mapas superpuestos de superficie y topografía relativa a 500 a la izquierda, y el de isotermas a 850 a la derecha.

Día 5 de noviembre

Una zona tranquila de altas presiones ocupa toda la Península. Un anticiclón potente en Escandinavia parece que va a forzar el desvió meridiano hacia el sur de una borrasca ubicada al suroeste de Islandia. Nótese la cuña pronunciada en 500 que desde la Península llega al litoral central de Noruega ... y en 850 la dorsal cálida que penetra hasta Islandia.

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Esa madrugada se observa desde el satélite como un frente cálido barre de lleno las Islas Británicas, mientras el frente frío posterior se halla en mitad del Atlántico Norte, con una franja nubosa muy extensa que llega muy al sur de la borrasca madre.

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Al mediodía del día 5, el sistema frontal ha evolucionado rápidamente, afectando ya de lleno Galicia, Portugal y zonas próximas, a pesar que la parte más activa se vislumbra en las Islas Británicas. La borrasca está muy lejos de la Península.

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Día 6 de noviembre

Persiste el anticiclón de bloqueo al sur de Suecia. La borrasca de Islandia sigue muy activa y ha generado ya un surco considerable y empieza a engendrar una seguna borrasca en una latitud muy inferior, que rápidamente se profundiza.
En el mapa de 500 se sigue apreciando la cuña bien definida apuntando desde Argelia al Mar del Norte. Del mismo modo, prosigue la lengua de aire muy cálido a 850 penetrando también en el Mar del Norte, con un marcado contraste respecto la vaguada ubicada sobre el Atlántico que desciende aún al oeste de Portugal.

En superficie se denota el paso de un primer frente sobre la Península, con vientos dominantes del suroeste.

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La madrugada del 6 un sistema frontal ocupa casi toda la Península. De todos modos se empieza a ver la formación de la borrasca hija en el Atlántico, con su segundo y propio sistema frontal asociado.

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Véase la rápida evolución de la situación 12 horas después. El primer frente durante la mañana ha barrido toda la península, y tras él una franja breve de cielo despejado, puesto que raudo y veloz el segundo frente se ha desarrollado con energía y ya afecta gran parte del centro y oeste de la península con una clara situación del suroeste de vientos ábregos sobre la Meseta castellana.
En el Pirineo se inician las lluvias esa mañana con el paso del primer frente. Pero la parte importante sólo se acerca. La borrasca dibuja ya una clara espiral y denota el aire frío que la alimenta la nubosidad globular (cúmulos) que se dibuja en su parte posterior, penetrando hacia la inferior.
Véase también la capa de nubes medias-altas (seguramente altocumulus) que se ha generado ya con el paso del primer frente en la cara norte del Pirineo, a sotavento del flujo dominante de suroeste que ya debe soplar con energía a niveles medios.

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Aprovechando la disponibilidad de una imágen del canal visible del NOAA, de la misma hora que la anterior (creo recordar que de las 3 de la tarde), se ve la extensa franja nubosa cubriendo la Península, y como el primer frente se antoja menos importante que el segundo, aún teniendo en cuenta que por la disponibilidad de luz solar vemos las nubes más oscuras hacia el norte y el este.

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Día 7 de noviembre

Lo que nació como una borrasca secundaria alcanza su zénit. Aunque no se dibujan las isobaras en este modelo, el análisis del Boletín Meteorológico Diario del INM dibujó en el corazón de la borrasca atlántica del noroeste de Galicia una presión de 945 hPa. Realmente pareció la gestación de un "huracán", una ciclogénesis brutal a una latitud realmente baja teniendo en cuenta el frente polar en su origen.
En este mapa hay muchísimas cosas a comentar. Se ha disparado un gradiente bárico sobre la península, cruzada por fuertes vientos sinópticos del suroeste a sur. Realmente los barómetros debieron volverse locos ese día. Sobre el Pirineo la situación de sur es clarísima.
La advección cálida a 850 es sorprendente teniendo en cuenta las fechas, con la isoterma de 10º afectando el levante peninsular hasta el sur de Catalunya, y un máximo secundario (otra bolsa de 10º) que se ubica muy al norte, entre Gran Bretaña y los Paises Bajos. El contraste con el aire frío que llega del Atlántico es brutal, con casi 0º en las costas de las Rías Baixas.
Sin duda esta inyección de aire cálido y húmedo sobre el Pirineo + los fuertes vientos de sur sobre la cordillera + el paso del frente activo dispararon las lluvias torrenciales sobre la zona desde la madrugada del día 7.

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Esa madrugada el segundo frente se hallaba de lleno sobre el Pirineo. De hecho la nubosidad postfrontal, asociada a la profunda borrasca y a su enorme área de influencia por la vaguada que conllevaba en altura, todavía cubría toda la Península y seguía dando lluvias generales. De todos modos, la convergencia de factores, ya descrita sobradamente, implicaba la actividad máxima de precipitación sobre la vertiente sur de la cordillera pirenaica.

El primer frente, en cambio, prácticamente se ha borrado al llegar a la cuña anticiclónica en altura, y apenas dibuja nubosidad sobre el mar del Norte hasta los Alpes.

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En la imagen de satélite del mediodía del día 7 podemos comprobar que la línea frontal quedó anclada casi sobre el mismo punto que 12 horas atrás (del Cantábrico Oriental hasta el Cabo San Vicente), dejando en su flanco delantero una amplia zona cubierta de nubes y donde prosiguió lloviendo durante muchas horas. El centro de la espiral borrascosa se había acercado a la costa oeste de Galicia.

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En la imagen del canal visible se puede comprobar (como en la anterior) la formación de un vórtice secundario sobre el Golfo de Vizcaya, así como la notable convección asociada a esa borrasca en el oeste de Galicia y en gran parte del Atlántico Norte.
Un detalle a tener en cuenta. La disminución del espesor de las nubes a sotavento del Pirineo y del Macizo Central Francés, o dicho de otra manera, la retención de nubes y precipitación en la vertiente sur de dichas cordilleras, dejando con toda probabilidad un notabilísimo efecto föehn en las vertientes septentrionales a tenor del marcado flujo meridiano.

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Día 8 de noviembre

Realmente pocas cosas habían cambiado sensiblemente tras 24 horas. Proseguía una profundísima borrasca en las cercanías de Galicia. Ahora situada sobre su costa Cantábrica, y con un relleno importante, pero teniendo en cuenta la explosividad de su formación su debilitamiento fue más lento. La presión mínima se situaba entorno los 970 hPa.
El gradiente bárico seguía siendo muy elevado en toda la península, manteniéndose impertérrito un flujo muy acusado del sur o suroeste. En el Pirineo proseguían los vientos huracanados de sur canalizados por la orientación de sus valles principales.
Se mantenía casi estática la dorsal cálida a 850, con la isoterma de 10º siguiendo el litoral mediterráneo de la península hasta el Pirineo más oriental ... y una insólita (para ser noviembre) isoterma de 12º cerrada al norte de Alemania, producto del fortísimo flujo de sur que llegaba hasta esa zona. De todos modos, ya se ve que la borrasca pierde fuelle porque ha perdido el importante alimento de aire frío por atrás ... ya no aparece la iso 0º.