Ultimamente, viendo las intensidades máximas que reflejan los nuevos pluviómetros de algunos aficionados, me voy convenciendo de que no es imposible.
Próximamente, el 14 de octubre, se cumplirán 129 años de quizás el fenómeno meteorológico más severo documentado de la historia de Almería, y puede que de España. Se trata de la riada que asoló el sureste español entre el 14 y 15 de octubre de 1879, que puso fin a la terrible sequía entre 1875 y ese año.
Se estima que aquél día se recogieron en zonas del río Vélez (río que nace en la Sierra de María, vierte sus aguas al Guadalentín que a su vez lo hace al Segura) hasta 600 mm en una hora.
Fuera de que sea una leyenda, Antonio Gil Olcina y Jorge Olcina Cantos, en su libro " Climatología básica " hacen referencia al suceso. Reseño dicho párrafo :
" En cuanto al sureste ibérico, pueden destacarse algunos aguaceros de excepcinal intensidad horaria; por ejemplo, en la célebre riada de Santa Teresa, durante la noche del 14 al 15 de octubre de 1879, la mayor de la que hay noticia histórica en la cuenca del Segura, en el río Vélez, una de las ramas madres del Guadalentín , se habrían recogido más de 600 mm en una hora y, acercándonos a actualidad (...) los más de 600 mm medidos en pocas horas en la localidad almeriense de Zurgena el 19 de octubre de 1973, con la particularidad de que 420 cayeron entre las 13 y las 14 horas de ese día ".Curiosamente hablamos de dos zonas separadas en linea recta unos 30 km, lo que demuestra que esta zona fronteriza entre Almería y Murcia ha sido históricamente la de mayor torrencialidad.
Así informaron a primera hora de la madrugada del 14 de octubre de 1879 al inspector general de segunda clase, don José Barco, y el Ingeniero de primera, don Ricardo Herrera:
“ A ocho kilómetros de Vélez Rubio y tres de las sierras de las Estancias, existe el cortijo de Calderón, con un espacioso corral: en su centro había aquella mañana una caldera de cobre, de forma de prismático-rectangular, cuyas dimensiones eran de dos metros de largo, medio de ancho y setenta centímetros de profundidad. Al empezar la lluvia se encontraba del todo vacía y lejos de las paredes del corral; cuando hacía una hora que las nubes arrojaban el agua a torrentes, dispuso el dueño del cortijo trasladar la caldera al interior de la casa para recoger en ella la goteras que amenazaban anegar la planta baja, y vio que no sólo estaba completamente llena, sino que rebosaba por todas partes. “Evidentemente, la zona más perjudicada fué la región murciana donde vierte el Guadalentín. De él se ha llegado a decir que es "el río más salvaje de Europa", de ahí que los árabes lo llamaran Wad-al-littin (río de fango y lodo), topónimo que alude a los aportes sólidos de sus catastróficas avenidas. La torrencialidad del Guadalentín es debida a la extremada climatología del Sureste, la escasa vegetación y las acusadas pendientes de las ramblas y torrenteras que lo nutren. Ha recogido crecidas de hasta 3000 metros cúbicos por segundo.
La inundación arrasó el Valle del Guadalentín, y toda la Vega del Segura, con cuantiosas pérdidas humanas y materiales. Las cifras de la catástrofe fueron impresionantes con más de 1.000 muertos: 761 en Murcia, 300 en Orihuela 13 en Lorca, 2 en Librilla y 1 en Cieza. Además fueron destruidas 5.762 viviendas y barracas en Murcia y Lorca y 22.469 animales perecieron por el desastre.
Los fenómenos severos debieron ser frecuentes por todo el sureste en aquellos días. Detallo un párráfo del Diccionario Geofráfico-Estadístico-Histórico de Pascual Madoz, en el que hace referencia a lo que posiblemente sea una tromba marina :
" Durante el verano y principios del otoño hubo fuerte sequía, a partir del 12 de octubre, comenzaron a verse nubes de desarrollo vertical en Sierra de Filabres, Sierra Cabrera, Sierra de Las Estancias y Sierra de Almagro. Durante el día 14 cambió la situación, se formalizó un fuerte viento de Levante. A las dos de la tarde el cielo tomó un color verdoso nunca visto, y desde entonces a la súbita explosión del rayo sucedía el estampido del trueno que resonaba sin cesar (...). Pero esto respondía a una causa más, que pudiera explicarnos el fenómeno; ya que hemos dicho que uno de los extremos de la nube se apoyaba en Sierra Cabrera, cuyo pié lame el mar; pues bién, una enorme manga de agua se levantaba de su superficie hasta la nube, viniendo así a aumentar su caudal ".Fueron 96 años los que transcurrieron entre el fenómeno de Vélez Rubio y el de Zurgena, así que me hace pensar que estos fenómenos pueden tener una recurrencia de 100 años. Faltan 65, así que creo que muchos no volveremos a verlo
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