La circulación del Océano Atlántico Norte ha sufrido una desaceleración durante el siglo XX. Este importantísimo hallazgo para la el clima del Hemisferio Norte ha sido constatado por científicos de Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK), en Alemania quiénes acaban de publicar un informe en la prestigiosa revista científica Nature Climate Change.
El descubrimiento, constataría una de las teorías realizadas acerca de las consecuencias que el calentamiento global de nuestra atmósfera podría tener en el clima del Planeta. No hay que olvidar que las corrientes oceánicas atlánticas son las que determinan el clima de nuestro entorno…
Desaceleración de la circulación del Océano Atlántico
Según se puede leer en este crucial trabajo de investigación, a lo largo del siglo XX y especialmente a partir de la década de los años 1970 se detectado un debilitamiento de las corrientes oceánicas del Planeta.
En el trabajo, los científicos han prestado especial atención a la circulación del Atlántico Meridional de Retorno (CMOZ), una cinta oceánica, a modo de enorme río, que transporta agua cálida desde los trópicos hasta el Atlántico Norte: la Corriente del Golfo.
La importancia de la Corriente del Golfo en nuestro clima
La presencia sistema es la causa de que Europa tenga un clima suave a pesar de estar en una latitud tan al Norte de nuestro Planeta, de forma que ciudades como La Coruña tengan unos inviernos mucho más benignos que otras de similar latitud como Nueva York.
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Aumento del agua dulce de Groenlandia
La fusión del hielo de Groenlandia ha provocado una interrupción de esta corriente cálida que ahora llega más debilitada a las costas occidentales de Europa, tal y como algunos modelos climáticos a largo plazo preveían.
Concretamente, el grupo de científicos capitaneados por el doctor Stefan Rahmstorf han llegado a la conclusión que la Corriente del Golfo se ha debilitado a su nivel más bajo en 1100 años
Efectos en el clima de Europa
De seguir esta tendencia, los inviernos de Europa tenderían a ser cada vez más rigurosos, al estar influenciados por la llegada de corrientes de agua mucho más frías, procedente del Polo Norte, en lugar de llegar desde Centroamérica.
Referencia: http://www.nature.com/nclimate/journal/vaop/ncurrent/full/nclimate2554.html
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