Ya se ha vuelto a liar. La comparación realizada por Mario Picazo entre la profunda borrasca que se formaba ayer en aguas septentrionales del Atlántico Norte y un huracán, por la presión tan baja alcanzada por la primera, ha sido el origen de una oleada de titulares desafortunados, pronosticando su llegada a España, que han corrido como la pólvora.

En definitiva, que ni la profunda borrasca se acerca a España, ni ha tenido tintes de huracán, se mire como se mire. Y por cierto, no se trata de un caso aislado, en este tema de nuestro foro puedes comprobar una la larga lista de despropósitos a lo largo de los últimos meses del estilo: meteorología-sensacionalismo-desinformación. A continuación te explicamos el porqué de esta última historia.

Información frente a la desinformación.

En la imagen visible de alta resolución que encabeza la entrada, adquirida ayer por el satélite Suomi NPP (sensor VIIRS) de la NASA, destaca majestuosa la profunda borrasca al suroeste de Islandia y ya rellenándose, después de que la presión en su centro cayera hasta cerca de los 930 hPa.

El Departamento de Meteorología de la Universidad de Berlín le adjudicó el nombre de Niklas. No sabemos si la Met Office también le llegó a asignar algún nombre (parece que no), pero hace años que nos pronunciamos en contra de esta práctica por el grado de confusión que se puede producir en el ciudadano de a pie, cuando a los ciclones tropicales también se les da nombres. Al menos debería de ser la Organización Meteorológica Mundial, OMM, la que debiera decidir al respecto, como ya hace con los asignados a los ciclones tropicales.

Es cierto que el tamaño y la profundidad que ayer temprano alcanzó la borrasca se sale de lo que es habitual en aguas del Atlántico Norte.

Esa presión cercana a los 930 hPa es muy baja para una borrasca, pero no es una presión que no se haya alcanzado antes… sobre todo si consideramos en su conjunto a todo el Hemisferio Norte.

Según los datos de que disponemos, la presión más baja alcanzada por una borrasca en este hemisferio ronda los 925 hPa. Ya a finales de 2015 publicamos una entrada referida a una «superborrasca» en el Mar de Bering, y que alcanzó una presión mínima de 924 hPa, considerándose nuevo récord.

Muy peligroso comparar una borrasca con un huracán.

Personas con unos conocimientos básicos en Meteorología, que conocen las diferencias fundamentales entre una borrasca y un huracán sí pueden compararlos sin confundirlos. Y es que no son lo mismo.

Las borrascas son sistemas de bajas presiones con frentes (frío, cálido, ocluido…) asociados y en los que los campos de viento son muy asimétricos y los más intensos se dan lejos del centro, en un radio muy amplio; además tienen corazón frío. Mientras tanto, los huracanes no tienen sistemas de frentes, los vientos son muy simétricos y los más intensos se dan muy cerca del centro y en un radio relativamente pequeño; tienen corazón cálido, fruto de las ingentes cantidades de calor latente que se liberan en los procesos convectivos extensos y generalizados asociados.

Si tenemos claras las diferencias, entonces sí podemos compararlos, en cuanto a la presión mínima alcanzada.

Así, los casi 930 hPa que la borrasca alcanzó ayer equivalen a un huracán de categoría 4. ¿Por qué? Porque un huracán de categoría 4 puede tener un rango de presiones mínimas en su centro entre 948 y menos de 930 hPa… Sin embargo, un huracán de esa categoría puede generar vientos SOSTENIDOS entre 213 y 235 km/h, cosa que esa borrasca no fue capaz de hacer ni de lejos.

De hecho, un satélite ASCAT fue capaz de registrar vientos de 80 nudos (148 km/h), que ya es un valor significativo, en una pasada que realizó sobre la borrasca alcanzando su máxima intensidad.

Con tal intensidad, fue capaz de levantar olas gigantes de más de 15 m. de altura significativa, el oleaje más intenso de todo el planeta a día de ayer.

Tampoco se acerca a España.

Así es… De la misma manera que la borrasca se intensificó, se fue rellenando… y hoy su centro se encuentra entre Groenlandia e Islandia, con una presión mínima en torno a 960 hPa según el análisis del modelo meteorológico UKMO.

Y en ese lugar irá perdiendo identidad, terminando por confundirse en una amplia región de bajas presiones que va a persistir en el área durante los próximos días.

Así que la inestabilidad que vamos a comenzar a notar in crescendo en nuestro país poco o nada va a tener que ver con esta borrasca.

En definitiva, que ni la borrasca se acerca a España, ni tiene ni tuvo tintes de huracán. El apocalipsis tendrá que esperar… En el foro de debate tenemos un hilo para coleccionar titulares meteorológicos sensacionalistas; hoy tenemos trabajo.