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La existencia de una burbuja de agua fría en al Atlántico Norte continúa siendo objeto de estudio y análisis por parte de los científicos. Llama la atención que siendo 2015 el año más cálido desde que hay registros oficiales, dicha región del Planeta marcara paralelamente su temperatura más baja en el mismo período.

La semana pasada, la Asamblea del Círculo Polar Ártico que se llevó a cabo en Reykjavik trató este asunto. Sus causas y la posible influencia en el clima de Europa a medio y largo plazo fueron objeto de debate por parte de los especialistas allí reunidos.

Una burbuja de agua fría persistente

El año pasado nos referimos a la aparición de esta burbuja de agua fría en el Atlántico Norte. Una anomalía térmica que está llevando al índice AMO a niveles de récord.

El Índice AMO (Atlantic Multidecadal OscillationOscilación Multidecadal del Atlántico norte) tiene a la temperatura de las aguas superficiales del Atlántico Norte y su variación natural como principales protagonistas, y trata de excluir los efectos del Cambio Climático y el Calentamiento Global de dicha variación.

Para entenderlo un poco mejor, es algo parecido al ENSO (El Niño y La Niña) y podría decirse que guarda alguna relación también con la Oscilación de Madden Julian, aunque en este caso aplicado al Atlántico Norte.

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Tendencia lineal de la temperatura entre 1901 y 2013 según datos de la NASA. Fuente: Rahmstorf et al, Nature Climate Change 2015

¿Cuáles son las causas de la aparición de esta burbuja fría?

Los científicos apuntan dos posibles factores que combinados estarían provocando ese enfriamiento en el Atlántico Norte.

El primero se podría considerar que se desarrolla en una pequeña escala de tiempo, en la que intervendría la pérdida de calor del océano a través de su superficie en esa zona del Atlántico. Un segundo factor a escala de tiempo más largo, vendría dado por la pérdida de calor a través del trasvase provocado por las corrientes marinas.

Para los meteorólogos del Servicio Meteorológicos de Islandia que han estudiado pormenorizadamente el caso, el tiempo meteorológico domina las fluctuaciones a corto plazo mientras que las corrientes marinas la temperatura del agua del mar a largo plazo.

Curiosamente, como luego veremos, la fusión del hielo en Groenlandia no estaría detrás de este afloramiento de agua fría, que simplemente podría tratarse como parte de la variabilidad natural del clima de nuestro Planeta.

¿Se está desacelerando la Corriente del Golfo? Sí

Los científicos han constatado ya una desaceleración de la Corriente del Golfo, aunque es cierto que tratar de medir algo así se trata de un objetivo complicado. De hecho, Un campo de mediciones exhaustivo solo están disponible con desde el año 2004 a través del sistema de instrumentación oceánica desarrollado por el proyecto RAPID-AMOC.

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Además, se trata un proceso complejo, pues hay que conjugar la recogida de datos de manera directa y continua con otros indicadores indirectos del flujo del agua marina.

En cualquier caso, los científicos del Instituto Alfred Wegener de Alemania liderados por Mihai Dima y Gerrit Lohmann, estimaron en un estudio de investigación que la Corriente del Golfo se ha debilitado desde la década de los años 1930.

Anomalías de temperatura de las aguas superficiales de los mares y océanos del mundo, 4 de abril de 2016.

La evidencia más clara es el enfriamiento en el Atlántico Norte Subpolar y una correlación inversa en el Atlántico Sur, lo que sugiere que se ha reducido el transporte de calor de Sur a Norte históricamente datado.

Otra anti-correlación fue encontrada con las temperaturas presentes en la Costa Este de Estados Unidos, al Sur y Oeste de la burbuja fría.

En la siguiente gráfica se muestra el Índice de Fuerza de la Circulación de Retorno en el Atlántico (AMOC) calculado a partir de la temperatura en el Atlántico Subpolar menos la temperatura media en el Hemisferio Norte.

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La gráfica indica una desaceleración significativa a partir de los años 1970 y una ligera recuperación en los 1990; para volver a desacelerarse en la última década.

¿Y la fusión del hielo en Groenlandia?

Para los científicos que han analizado en los últimos años las causas de la aparición de una burbuja fría en el Atlántico Norte, el derretimiento de la banquisa ártica no tendría un papel tan importante como se había pensado en décadas anteriores.

Por ejemplo, un trabajo de investigación publicado en Nature recientemente, demuestra que el agua dulce aportada por el deshielo de Groenlandia desde 1990 e incluso la proyección prevista hasta 2020, no ha provocado ni provocará cambios apreciables en las corrientes marinas atlánticas.

Según estos investigadores, el agua que se derretiría desde 1990 hasta 2020 sería de un volumen aproximado a 7.500 Kilómetros cúbicos, de los cuales la mitad se aportarán en los últimos 10 años: un período de tiempo en el que creen imposible que la AMOC pueda reaccionar.

¿Consecuencias para Europa o España?

De seguir esta tendencia, los inviernos de Europa tenderían a ser cada vez más rigurosos, al estar influenciados por la llegada de corrientes de agua mucho más frías, procedente del Polo Norte, en lugar de llegar desde Centroamérica.

Si el año pasado se especulaba con que esa burbuja fría podría provocar un invierno más frío en Europa, cosa que finalmente y en el caso de España no ha sido así, podríamos pensar que tarde o temprano una anomalía tan importante podría provocar un cambio en la circulación de las bajas presiones en nuestro entorno.

De todas formas, al hablar tan solo de las aguas superficiales, estas cambian de temperatura con facilidad y, aunque la burbuja de aguas frías ahora parezca enorme, su tamaño podría reducirse en cuanto la actividad de ciclones extratropicales en el Atlántico Norte ascienda de latitud, los vientos se calmen, y esto favorezca la acumulación de energía en el agua.

Como ocurre en otras ocasiones, solo nos queda seguir observando y analizando… Aunque los estudiosos del tema no son capaces de sacar conclusiones concretas, sí parece cierto que una anomalía de este tipo debe provocar cambios a medio plazo en el clima de Europa.

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Referencia: http://www.realclimate.org/index.php/archives/2016/10/q-a-about-the-gulf-stream-system-slowdown-and-the-atlantic-cold-blob/