Proyecto #nameourstorms de los Servicios Meteorológicos Nacionales del Reino Unido (Met Office) e Irlanda (Met Eireann).

Proyecto #nameourstorms de los Servicios Meteorológicos Nacionales del Reino Unido (Met Office) e Irlanda (Met Eireann).

El controvertido tema de poner nombres a las borrascas de nuestras latitudes vuelve a saltar a la palestra, con el proyecto piloto Pon un nombre a nuestras borrascas (en inglés, Name our Storms) que han creado en conjunto los Servicios Meteorológicos Nacionales del Reino Unido (Met Office) e Irlanda (Met Eireann).

El proyecto piloto, básicamente, va a consistir en la asignación de nombres masculinos y femeninos, en uso alterno, a las borrascas de este próximo otoño e invierno, y que puedan afectar a las Islas Británicas.

Imagen visible de un tren de borrascas en el Atlántico y Europa Occidental, 23 diciembre 2009. Crédito: NERC Dundee Satellite Receiving Station.

Imagen visible de un tren de borrascas en el Atlántico y Europa Occidental, 23 diciembre 2009. Crédito: NERC Dundee Satellite Receiving Station.

Expertos de ambas agencias meteorológicas creen que la asignación de nombres a las borrascas tendrá un mayor calado en la población, de modo que la información meteorológica durante episodios de fenómenos meteorológicos adversos de fuerte impacto llegue de forma más directa a los ciudadanos, tomando estos una mayor conciencia de lo que ocurre y medidas de autoprotección.

En definitiva, ambas agencias creen que de este modo la población se tome más en serio las informaciones que se faciliten durante grandes temporal, a fin de minimizar los daños que puedan causar sobre ella.

Imagen visible del huracán Danny, alcanzando la categoría 3. 21 de agosto de 2015.

Imagen visible del huracán Danny, alcanzando la categoría 3. 21 de agosto de 2015.

En el caso de que las Islas Británicas pudiesen recibir el impacto de un ciclón extratropical originado a partir de la transición extratropical de un ciclón tropical, el nombre no se cambiaría, teniendo el que en su día le hubiese asignado el Centro Nacional de Huracanes de Florida.

Para elaborar la lista de nombres que se usarán, el proyecto está abierto a la participación pública, de modo que cualquiera puede sugerir nombres twiteando a @metoffice con el hashtag #nameourstorms, enviándoles la sugerencia por correo electrónico, o bien a través de Facebook.

Esta noticia se conoce hace muy pocos días y ya ha sentado debate en las RRSS en profesionales de la meteo, de la comunicación, y en la comunidad de aficionados y cazatormentas.

Y no faltan razones para ello, porque a nuestro juicio y al de otras muchas figuras públicas y profesionales en la materia, nos parece que el caos informativo puede llegar a ser monumental, al menos en España. Ya nos hemos hecho eco de este problema en noticias anteriores.

Tengamos en cuenta, a grandes rasgos, qué organismos ya ponen nombres actualmente en nuestra parte del Hemisferio Norte:

  • Centro Nacional de Huracanes de Florida, que nombra a los ciclones tropicales.
  • The Weather Channel, que pone nombre a las borrascas de influencia en los USA.
  • El departamento de Meteorología de la Universidad de Berlín, con su proyecto Adopt a Vortex, y que pone nombre a borrascas y anticiclones, previo pago de una módica cantidad que arranca en unos 200€.

Hace algún tiempo también supimos que la Agencia Estatal de Meteorología estaba, como poco planeando, sumarse a esta iniciativa.

Y, ahora, tengamos también en cuenta qué ocurre actualmente con los medios de comunicación, cuando tienen que informar en situaciones de fenómenos meteorológicos adversos, a la hora de referirse a los avisos meteorológicos y las alertas.

Evidentemente, aviso y alerta no es lo mismo. Tanto nosotros, como muchos profesionales de la Meteorología, no nos cansamos de repetirlo una y otra vez, pero no hay forma de que ambos términos se usen de forma correcta.

Pero esto mismo ocurre con muchos otros conceptos, como el de tormenta, tifón, huracán o borrasca, que a veces se usan de forma indiscriminada y confundida, de modo que tan confundido anda el periodista que redacta la noticia (o el presentador que la presenta en televisión) como el pobre ciudadano de a pie que la lee o escucha después.

Tenemos más ejemplos: el uso del término gota fría cuando el término más adecuado es el de Depresión Aislada en Niveles Altos o DANA; en invierno, cuando sufrimos algún episodio de frío intenso y los medios usan titulares del estilo «ola de frío siberiano azota a España». De forma análoga ocurre cuando se trata de episodios de altas temperaturas.

Entonces, si partimos del hecho de que, tanto desde las Islas Británicas como desde la Universidad de Berlín (Alemania) van a poner nombres a las borrascas, seguramente distintos, o cuando se escuche hablar de borrascas en los USA o ciclones tropicales, todos ellos con sus respectivos nombres ¿qué va a pasar en nuestro país a la hora de informar cuando nos vaya a afectar una profunda borrasca?

Nosotros auguramos un caos informativo.

Este debate no debería de ser tal y, en realidad, es un poco culpa de la Organización Meteorológica Mundial, que no se pronuncia al respecto y que, como máxima autoridad mundial en Clima y Meteorología, debería de hacerlo.

Probablemente el uso de nombres para estos fines pudiera ser útil, pero de forma correctamente consensuada y/o coordinada. Pero para ello hace falta que la OMM se pronuncie y, aunque este problema ha comenzado a surgir desde hace varios años, todavía no lo ha hecho.

El debate está servido. ¿Tú qué opinas?