Comparativa de las anomalías de SST en el Atlántico Tropical y Subtropical, 2005 (arriba) vs 2015 (abajo).

Comparativa de las anomalías de SST en el Atlántico Tropical y Subtropical, 2005 (arriba) vs 2015 (abajo).

Septiembre de 2015 arranca con un Atlántico Tropical y Subtropical inusualmente cálidos, en dos sentidos: el primero, si tenemos en cuenta el fenómeno climático de intenso El Niño en el Pacifico; el segundo, si lo comparamos con septiembre de 2005 ¿qué consecuencias puede acarrear esta anomalía?

El hecho de que hayamos comparado las anomalías actuales de temperatura de las aguas superficiales, SST, que reinan hoy en ambas sub-regiones del Atlántico, con las que hubo casi el mismo día pero de septiembre de 2005, no es casualidad.

Todos sabemos que la temporada atlántica de huracanes de 2005 rompió todos los récords desde que se tienen registros (1850), por tratarse de una temporada hiperactiva en que los ciclones tropicales se formaron como las setas en otoño tras las lluvias.

Pero si algo debemos destacar, incluso por encima de esta hiperactividad, son aquellos ciclones tropicales que se formaron en octubre, noviembre y diciembre a partir de borrascas que quedaron aisladas en latitudes medias y bajas, que sufrieron una transición tropical y que presentaron un comportamiento anómalo tanto por trayectorias como por presentar una gran resistencia a la cizalladura vertical del viento, que no conseguía destruirlos (por ejemplo, los célebres Vince y Delta).

Ahora devolvamos la mirada a la figura inicial de esta entrada: arriba tenemos las anomalías de SST de 2005 y abajo las de 2015, de hace un par de días. Si las comparamos, descubrimos que las anomalías que tenemos actualmente en ambas sub-regiones atlánticas son mayores que las que había en 2005.

Teniendo en cuenta que es en estas regiones donde se forman las masas de aire húmedas e inestables que en no pocas ocasiones dan lugar a esos ríos de humedad a los que ya nos hemos referido en muchas ocasiones, este hecho en sí mismo ya podría ser destacable.

Agua Precipitable Total (MIMIC) e imagen visible, 5 septiembre 2015, 10:59 UTC.

Agua Precipitable Total (MIMIC) e imagen visible, 5 septiembre 2015, 10:59 UTC.

En esta figura podemos descubrir esas masas de humedad en tonos rojizos, y como estas masas ocupan extensas áreas actualmente del Atlántico Tropical y Subtropical, incluso alcanzando nuestro país y el Mediterráneo en donde en los últimos 5 días han contribuido a la inestabilidad que ha afectado a diversas comunidades españolas, especialmente C. Valenciana y Baleares.

Estas anomalías pueden tener consecuencias en los fenómenos meteorológicos que suceden tanto en estas regiones atlánticas como en nuestro país en conjunto. Por ejemplo, la tormenta tropical Fred, que debería haberse disuelto hace varios días, sigue activa contra pronóstico.

Esta circunstancia ya se reflejaba ayer en uno de los boletines de discusión que publicaba el Centro Nacional de Huracanes de Florida, respecto a cómo estas anomalías podrían estar ayudando a Fred a mantenerse activo.

Lo que ya no es tan «normal» es que Fred no esté sucumbiendo a valores de cizalladura de incluso 50 KT (nudos) que son valores muy hostiles para un ciclón tropical. En realidad, lo único que están consiguiendo es que las explosiones convectivas que acompañan al ciclón tropical sean intermitentes, pero lo suficientemente intensas como para seguir suministrando energía al ciclón. En resumen, lo que está pasando con Fred recuerda a lo sucedido con ciclones tropicales de fin de temporada del 2005.

Tampoco es normal que el cinturón de altas presiones subtropical del Atlántico Norte se haya debilitado tanto en las últimas pocas semanas, permitiendo ese caldeamiento de sus aguas, cuando tenemos un intenso El Niño en el Pacífico, lo cual hace que el otoño se presente, a partes iguales, interesante e inquietante.

¿Qué podría pasar? En principio, a nosotros nos lleva a intuir un mayor potencial de lluvias torrenciales durante el próximo otoño, si otras configuraciones atmosféricas acompañan. Es fácil pensar que si tenemos más humedad en la atmósfera, en situaciones inestables esta humedad extra se traducirá en mayores acumulados. Incluso los procesos de ciclogénesis tardo-otoñales e invernales podrían ser más intensos debido a la formación de fuertes gradientes térmicos en las aguas septentrionales del Atlántico Norte.

Por lo pronto, se avecinan jornadas muy inestables en la mitad sur peninsular, a tenor de lo que indican actualmente los modelos.

El científico norteamericano Philip Klotzbach pone de manifiesto otro elemento del que ya nos habíamos dado cuenta: condiciones más húmedas en las últimas semanas en el Sahel; humedad que parece estar alimentando a las ondas tropicales en la última semana pero que también podrían derivar en una disminución de las tormentas de polvo y las irrupciones de SAL (Saharian Air Layer, que inhibe la formación de ciclones, y también los debilita) en el Atlántico, permitiendo una mayor actividad ciclónico tropical.

Si este fenómeno coincidiese con una cizalladura más relajada, podría originar sorpresas con la formación de más ciclones tropicales de lo esperado.

Y es que vamos camino del décimo aniversario del desastre que la extratropicalizada tormenta tropical Delta provocó en Canarias a finales de noviembre de 2005. Por esto ya estamos recibiendo numerosas preguntas respecto de si este año Canarias puede recibir el azote de los restos de algún ciclón tropical, cosa que nadie sabe aunque estadísticamente sea muy improbable.

Sea como sea, bajo nuestro punto de vista, nos encontramos con una configuración muy interesante:

  • Intenso El Niño, con posibilidades de que llegue a ser el más intenso jamás registrado.
  • Atlántico Tropical y Subtropical anormalmente cálido.
  • Mar Mediterráneo anormalmente cálido.

¿Posibles consecuencias? Las acabamos de comentar. En cualquier caso, estaremos muy vigilantes a cualquier fenómeno inusual que se forme y que deba ser destacado. Y sobre todo, y lo ponemos en negrita, ¡siempre hablamos de probabilidades!