Sobre la relación del calentamiento global y la mayor frecuencia de eventos meteorológicos extremos

 

En varias ocasiones hemos hecho referencia a la posible relación entre el calentamiento global del Planeta y la sucesión cada vez más frecuente de fenómenos meteorológicos extremos. Un nuevo estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, aborda este tema y aporta varios argumentos que confirmarían este hecho.

El grupo de investigadores encabezado por el científico Vladimir Petukhov, del Potsdam Institute for Climate Impact Research (PIK) de Alemania, cree que la perturbación provocada en las corrientes atmosféricas por culpa del calentamiento de la Tierra es el origen de la sucesión de fenómenos meteorológicos extremos con cada vez menos frecuencia.

Hechos como la ola de calor de Estados Unidos en 2011 o las acaecidas en 2010 en Pakistán o Rusia estarían aumentadas por la acción del hombre en la atmósfera, según se explica en el trabajo publicado en PNAS.

«Una parte importante de la circulación del aire en las latitudes medias de la Tierra asume habitualmente la forma de olas que se desplazan alrededor del globo, oscilando entre las regiones tropicales y árticas» explica Petukhov.

Sobre la relación del calentamiento global y la mayor frecuencia de eventos meteorológicos extremos

Quién añade: «Cuando estas olas oscilan hacia las alturas aspiran el aire caliente de los trópicos hacia Europa, Rusia o Estados Unidos, y cuando se mueven hacia abajo producen el mismo fenómeno pero con las masas de aire frío del Ártico».

La imparable emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera a causa de la actividad humana, provoca estos cambios en la atmósfera, magnificando cualquier evento meteorológico que en otras circunstancias no sería tan extremo.

Los investigadores han constatado que durante varios de estos fenómenos meteorológicos extremos recientes, estas olas atmosféricas permanecieron fijas a lo largo de varias semanas.

Añade el trabajo que este recalentamiento no es uniforme, variando según las regiones del Planeta, como sucede en la Antártida, donde el ascenso de las temperaturas se ve amplificado por las pérdidas de nieve y de hielo.

Esto a su vez reduce las diferencias térmicas entre el Ártico y Europa, afectando de manera evidente a la circulación atmosférica en el Hemisferio Norte, cuyo principal motor es la diferencia de temperaturas, precisamente.

Y por otra parte, también se ha comprobado en los últimos años como los continentes se recalientan y se enfrían más rápidamente que los océanos provocando una paralización de las masas de aire. Esto a su vez, redunda en olas de frío o de calor más duraderas.

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Referencia:

  • http://www.sciencedaily.com/releases/2013/02/130225153128.htm?utm_source=dlvr.it&utm_medium=twitter