El aumento de la temperatura global del Planeta no solo provoca cambios en el clima de la Tierra, a consecuencia de las modificaciones que se producen en la circulación global atmosférica, sino que también puede poner en peligro los suministros mundiales de alimentos.

Un estudio de investigación realizado por la Universidad de Columbia ha analizado el impacto del incremento térmico en los cultivos y en concreto a causa de la nueva distribución de las bajas y altas presiones en el globo terráqueo.

Cambio en la corriente en chorro

En muchos estudios de investigación se ha demostrado que la corriente en chorro se está viendo alterada por el deshielo en los Polos, el cambio en la temperatura y salinidad de los océanos y mares así como por el balance térmico a lo largo de la superficie de la Tierra.

En este trabajo se demuestra que ciertos tipos de ondas en la circulación atmosférica pueden amplificarse y luego bloquearse en su lugar durante períodos prolongados, generándose olas de calor concurrentes que afectarían a los cultivos.

Europa afectada

Las regiones del Planeta más afectadas serían especialmente Norteamérica, Europa y Asia, donde se genera una cuarta parte del suministro mundial de alimentos.

El estudio indica que al producirse un aumento de 20 veces en el riesgo de olas de calor y de frío simultáneas en dichas principales regiones productoras de cultivos, las plantaciones se ven afectadas y por tanto se merma la producción.

Puesto que la comercialización de alimentos cruza a menudo tanto fronteras como continentes y océanos, cualquier país podría verse afectado por la escasez de productos.

Los autores del trabajo creen que las olas de calor serán más intensas y frecuentes en las próximas décadas y que los meandros de circulación atmosférica que las causan también serán más pronunciados,

La importancia de la corriente en chorro

Como hemos explicado otras veces, el jet stream o corriente en chorro es un río de aire de rápido que se mueve a gran velocidad por las latitudes medias-altas del Planeta, según las estaciones del año.

Aunque se limita a una banda relativamente estrecha, puede serpentear hacia el norte o el sur, debido a lo que se conoce como ondas de Rossby.

Las dislocaciones y rupturas del jet stream transportan las masas polares a latitudes templadas o las masas tropicales a zonas menos cálidas. De este modo, las olas de frío y de calor se producen en zonas no habituales afectando al ciclo vegetativo en general y a los cultivos agrícolas en particular.

Las ondas de Rossby

En los últimos años los científicos han podido detectar patrones globales en las ondas de Rossby y este estudio ha analizado tales patrones y los ha vinculado con pérdidas medibles en la producción de cultivos.

Analizando datos climáticos desde 1979 hasta 2018, los científicos se centraron en dos olas de Rossby con longitudes de onda específicas, denominadas onda-5 y onda-7; es decir, oscilaciones norte-sur en la corriente en chorro que producen 5 o 7 picos y canales correspondientes alrededor de la circunferencia del planeta.

Descubrieron que si bien las ondas de longitudes más bajas o más altas parecen tambalearse al azar, los patrones de onda 5 y onda 7 pueden bloquearse en una cuadrícula de meandros simétricos, a menudo mucho más grandes, centrados sobre regiones predecibles.

Por su parte, los patrones de la onda 5 tienden a flotar sobre el centro de Norteamérica, el este de Europa y el este de Asia; los patrones de la onda 7 sobre el centro-oeste de América del Norte, Europa occidental y Asia occidental.

Más olas de calor y de frío

En definitiva: el aire caliente se eleva desde el sur hacia los picos, produciendo picos anormales de temperatura que pueden durar semanas. Esto a su vez reduce la lluvia, seca los suelos y la vegetación, y mata los cultivos en cada región.

En el trabajo se demuestra que durante las temporadas en que estas ondas amplificadas ocurrieron durante dos o más semanas de verano, la producción de cereales disminuyó un 4% cuando se promediaba en todas las regiones afectadas, llegando hasta el  en una sola región 11% en una de las regiones afectadas.

Igualmente se observó un incremento del precio de los alimentos afectados.