Calpe: un clima perfecto durante todo el año

Calpe se trata de uno de los destinos turísticos más importantes del mediterráneo español. Situado en una privilegiada zona de la costa de Alicante, en la comarca de Marina Alta, goza de una climatología ideal para disfrutar de sus playas tanto en invierno como en verano.

Al abrigo de las sierras del interior, la localidad alicantina goza de temperaturas suaves durante buena parte del año. Solamente los temporales de levante, aportan un tiempo inestable a la zona, particularmente en otoño, cuando se suelen dar los registros de lluvia más importantes.

Los frentes atlánticos de lluvia y los temporales de frío invernales que llegan desde el Norte, no suelen tener prácticamente reflejo alguno en el clima de Calpe. Esta franja de la costa alicantina cuenta con un tiempo seco y soleado durante buena parte del año, incluso cuando prácticamente todo el resto de la Península Ibérica está bajo los rigores de los temporales invernales.

Por ello, Calpe es un destino turístico muy solicitado en los meses más duros del invierno. Estuvimos echando un vistazo a motores de búsqueda de agencias de viaje y el resultado fue elocuente. Cada año miles de turistas españoles y del resto de Europa deciden refugiarse en esta zona del Mediterráneo para olvidarse de los días de frío, nieve, viento y lluvia.

Eso sí, cuando alguna gota fría decide afectar a las costas mediterráneas españolas, debemos de contar con la comarca de la Marina Alta recibirá durante unas jornadas cuantiosas precipitaciones.

Los temporales de viento de levante acompañados de aire frío en altura, que suelen darse entre octubre y noviembre principalmente, aportan a la zona lluvias torrenciales. La explicación es sencilla: el viento del Este llega a la costa alicantina cargado de humedad tras un recorrido de cientos de kilómetros al llegar a la Península.

Al tocar tierra, esas masas de aire templado tienen que remontar altitud debido a la orografía de la zona, con sierras que rondan los 1.000 m a pocos kilómetros de la costa.

El aire frío en altura provoca que ese aire templado y cargado de humedad se condense bruscamente, formando compactas nubes que provocan lluvias importantes en toda la comarca mientras se mantiene la situación meteorológica.

Si además, el agua del mar es elevada esos días, la evaporación es alta y el aporte de humedad es mayor.