El Copernicus Climate Change Service (C3S), que se implementa a través del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (CEPMPM) en representación de la Unión Europea, ha presentado el informe anual correspondiente a 2018 sobre el Estado del Clima Europeo.

Un interesante conjunto de indicadores que nos brinda una exhaustiva panorámica del pasado año 2018 en un contexto de clima cambiante.

El informe destaca la clara tendencia al calentamiento

El Estado del Clima Europeo revela que 2018 fue uno de los tres años más cálidos en Europa de los que se tiene constancia.

Se registraron temperaturas por encima de la media en todas las estaciones, y el último verano fue el más cálido de la historia, con una temperatura 1,2 ºC superior a la habitual, lo que evidencia la clara tendencia al calentamiento de las cuatro últimas décadas.

Desde finales de primavera y hasta otoño, el norte y centro de Europa experimentaron un clima excepcionalmente cálido: las temperaturas fueron las más altas desde, al menos, 1950.

Fenómenos meteorológicos recurrentes en Europa

Las zonas del norte y centro de Europa también sufrieron un prolongado periodo de sequía.

Las precipitaciones estacionales fueron inferiores al promedio habitual en casi un 80% en primavera, verano y otoño, lo que abarca todo el periodo de vegetación y de recolección.

Esta situación se tradujo en pérdidas agrícolas, restricciones al uso del agua y un caudal reducido en los ríos. Por el contrario, algunas regiones en Europa meridional experimentaron la primavera y el verano más húmedos desde que se tienen registros.

Fríos y nevadas

En 2018, Europa también experimentó varios periodos fríos a principios del año que afectaron a buena parte del continente, y febrero y marzo fueron los únicos meses en los que se registraron temperaturas inferiores a la media.

Se produjeron fuertes nevadas en extensas áreas de Europa, incluido el Reino Unido.

Italia, cubierta por la nieve.
(c) Información proveniente de datos modificados de los satélites Sentinel de Copernicus (2018), procesados por la ESA (CC BY-SA 3.0 IGO)

En Europa, las precipitaciones extremas se situaron por debajo de la media, si bien se produjeron varios fenómenos específicos.

Cabe destacar el grave fenómeno meteorológico del exhuracán Leslie, que alcanzó la península ibérica en octubre y fue la tormenta más intensa de la región desde 1842: provocó copiosas lluvias e inundaciones en el norte de España y en el sudoeste de Francia.

Un periodo de precipitaciones excepcionalmente fuertes a comienzos de año también causó graves inundaciones en París.

Repercusiones de las condiciones climáticas cálidas y secas

A medida que las temperaturas aumentaban durante el año, también lo hacía la duración de la insolación.

Ciertas regiones del centro y norte de Europa experimentaron hasta un 40% más de horas de insolación en comparación con la media, y Alemania registró el número de horas de sol más elevado desde que existen registros.

Por el contrario, Europa meridional experimentó una duración de la insolación inferior a la media.

Merma en los glaciales

La repercusión que esto tuvo sobre los glaciares fue considerable y los Alpes europeos fueron los que más masa perdieron, al tiempo que las temperaturas en superficie de los lagos europeos fueron las más elevadas desde que comenzaron a crearse registros en 1995.

El riesgo de incendios se situó muy por encima de la media en un gran número de regiones del norte de Europa, especialmente en los países escandinavos y alrededor del mar Báltico.

Así, los incendios forestales en Suecia fueron catalogados como «los más graves de la historia moderna».

En consecuencia, el norte de Europa registró los niveles anuales de emisiones derivadas de incendios forestales más elevados desde, al menos, 2003.

Zoom sobre los incendios en Suecia.
(c) Información proveniente de datos modificados de los satélites Sentinel de Copernicus (2018), procesados por la ESA

Primer año en el que se produjo una polinia

Además, 2018 fue el primer año desde que comenzaron las observaciones satelitales de hielo marino en el que se produjo una polinia (agujero en la capa de hielo marino) al norte de Groenlandia en invierno.

El nivel inferior a la media de la cobertura de hielo marino en el Ártico europeo constituye una tendencia constante, dado que las temperaturas de la mayoría de meses en 2018 fueron superiores al promedio.

Durante los meses de verano, la cobertura de hielo marino fue más de un 30% inferior a la media a largo plazo.

Gases de efecto invernadero

El informe también incluye datos sobre los tres principales gases de efecto invernadero: el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O) y muestra que, según las estimaciones, los flujos de superficie netos de los gases de efecto invernadero a escala mundial que pasan a la atmósfera se han incrementado en las décadas recientes.

Esta tendencia persistió en 2018.

Información climática actualizada, intuitiva y de libre acceso

Han transcurrido cinco años desde el lanzamiento de Copernicus, el programa insignia de observación de la Tierra de la Unión Europea que ofrece una cantidad de datos medioambientales sin precedentes que respaldan las políticas públicas y una economía cada vez más basada en el conocimiento.

Juan Garcés de Marcilla, director del departamento de Servicios de Copernicus en el CEPMPM, declaró: «Los rigurosos datos de observación de la Tierra, incluidos en el informe sobre el Estado del Clima Europeo desempeñan un papel fundamental a la hora de ayudarnos a tomar conciencia del estado de nuestro planeta.

Al proporcionar información actualizada, fiable, intuitiva y de libre acceso, Copernicus no solo contribuye al Marco Mundial de Servicios Climáticos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), sino que también brinda una información sumamente relevante a los responsables políticos, a las organizaciones y a las empresas para contribuir a la elaboración de una planificación de futuro que redunde en beneficio de todos los ciudadanos, tanto en Europa como en el resto del mundo».

Información basada en los datos más recientes

El Estado del Clima Europeo ha sido elaborado por el C3S y ha contado con las contribuciones del Copernicus Atmosphere Monitoring Service (CAMS), del Servicio de Gestión de Emergencias de Copernicus (CEMS), del Servicio de Vigilancia del Medio Marino de Copernicus (SVMMC) y del CEPMPM, entre otros socios.

El informe proporciona datos sobre Europa y sobre el sector europeo del Ártico y analiza el año 2018 frente a datos climáticos a largo plazo.

Además, resume la información a escala mundial relativa a los indicadores climáticos más importantes, como la temperatura, los gases de efecto invernadero, el hielo marino, los glaciares y el nivel del mar.

Imagen de los Países Bajos tomada por el satélite Proba-V en agosto de 2018.
(c) ESA/BELSPO, producida por C3S/VITO

El contenido del Estado del Clima Europeo se basa en diversos conjuntos de datos clave.

Cabe destacar, entre otros, los datos satelitales y aquellos recopilados in situ, junto con la modelización informática de «reanálisis» globales —que recurre a una combinación de algoritmos y múltiples fuentes de datos históricos—, así como los resultados obtenidos directamente de los modelos informáticos.

Esto garantiza que la información se basa en los últimos datos disponibles y facilita mapas, gráficos y otros materiales actualizados.

Los datos fiables y de libre acceso proporcionados por los servicios de Copernicus brindan una valiosa información para un gran número de sectores que tienen una incidencia en la sociedad, como los de agricultura, protección civil y ayuda humanitaria, salud, seguros, seguridad, turismo y planificación urbana y regional, entre otros.