La crisis del coronavirus Covid-19 solo nos está dejando una noticia positiva: la bajada de los niveles de la contaminación en todo el Planeta.

Sucedió hace unas semanas en China, donde, ahora que salen de sus peores días, la actividad se reanuda y los niveles contaminantes ascienden. Y ahora, la situación se traslada a Europa y pronto se reflejará en América o Australia y en mucha menor medida en África, debido a su inferior avance industrial y tecnológico.

Las observaciones satelitales de la Agencia Espacial Europea han constatado un descenso notable del dióxido de nitrógeno, espectacular en algunas zonas con mayor concentración de industrias o con una orografía y geografía donde los contaminantes permanecen más tiempo.

La contaminación mata. El descenso será fugaz

Recordemos que la contaminación mata. Un reciente estudio cuantificaba en 3 años el acortamiento de la vida media de las personas en el Planeta, un tiempo que es mayor en las zonas industrializadas.

Así, que este brusco descenso hay que considerarlo positivo, aunque por suerte o por desgracia será por poco tiempo: por suerte, lógicamente, porque hemos de esperar una vuelta a la normalidad y el fin de esta angustiosa situación en pocas semanas y por desgracia porque en ese momento el Planeta volverá a sufrir la agresividad de la actividad humana en el medio ambiente.

Una paradoja que nos hace pensar: lo que la crisis del Covid-19 ha conseguido por la salud del Planeta no han sido de hacerlo en todos estos años nuestros gobernantes.

Imágenes reveladoras

La ESA ha compartido unas imágenes tomadas a más de 800 kilómetros de la superficie terrestre por el satélite Sentinel 5 durante los últimos días que muestran ese drástico descenso de la contaminación en buena parte de Europa.

Revelan la concentración de dióxido de nitrógeno en Europa del 14 al 25 de marzo comparada con la media de marzo del año anterior. La caída a nivel visual es espectacular en ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia y algo similar ocurre en otras ciudades europeas como París, Lyon, Roma, Milán o Nápoles.

Las estimaciones satelitales revelan una caída de entre un 30% y un 40% respecto a los valores medios.

Un gas muy perjudicial

El dióxido de nitrógeno es uno de los gases más perjudiciales para los seres vivos. En las personas aumenta el riesgo de sufrir enfermedades respiratorias y reduce la inmunidad ante infecciones pulmonares.

Además, contribuye a aumentar la concentración de ozono troposférico, un gas de efecto invernadero que junto con el dióxido de carbono (que también ha descendido en sus niveles estos días) fomenta el calentamiento global del Planeta.

Una situación casi sin precedentes

Los responsables de la ESA encargados de monitorizar y analizar la información que llegan desde los satélites medioambientales califican el evento como histórico y solo tiene un precedente: la celebración de los JJ.OO. de Pekín en 2008, que provocó el cierra de la ciudad al tráfico y la parada de las centrales térmicas de carbón.

En las próximas semanas conoceremos con mayor precisión la verdadera medida de la caída de los niveles contaminantes, una vez que se cuente con más datos de las observaciones satelitales y de las mediciones a nivel de la tierra.