Una investigación afirma que en varias décadas será más común las precipitaciones en forma de lluvia que de nieve en el Ártico

Una investigación afirma que en varias décadas será más común las precipitaciones en forma de lluvia que de nieve en el Ártico.

El trabajo realizado por la Universidad de Manitoba indica que el rápido calentamiento, la pérdida de hielo marino y el transporte de calor hacia los polos en el Ártico, provocarán que esta transición sea antes de lo esperado.

La lluvia será más frecuente que la nieve en el Ártico

Los científicos ya han notado diferentes aspectos relacionados con este cambio.

Se observa ya una reducción de la capa de nieve, un mayor derretimiento del permafrost, más eventos de lluvia sobre nieve y mayores eventos de inundaciones debido al aumento de la descarga de los ríos.

Elephant Island, Chinstrap and Gentoo Penguins climb icebergs, (who knows why?)

Hechos que, además, implican un impacto importante en el ecosistema de la zona y en el desarrollo de la vida humana en la zona.

Este nuevo escenario modificará la humedad del suelo y las aguas subterráneas, y las redes de hongos subterráneos que sustentan toda la flora aérea.

La falta de nieve puede ser muy perjudicial para las poblaciones salvajes de caribúes, renos y bueyes almizcleros.

En cambio, se espera que las poblaciones de aves migratorias en el Ártico se comporten bien con estas condiciones más cálidas y húmedas.

¿Cuándo se producirá el cambio?

No hay una fecha prevista, exacta, en la que se prevea esta transición a una era dominada por la lluvia en el Ártico.

Se espera que comience en diferentes momentos según la estación, la región y los factores particulares de la temporada meteorológica.

Por ejemplo, durante el otoño el cambio ocurriría entre 2050 y 2080, según este trabajo, cuando otros anteriores lo situaban entre 2070 y 2090.

Los investigadores destacan que estos modelos climáticos revelan aumentos más rápidos y mayores en las precipitaciones del Ártico de lo que se había proyectado anteriormente.

Curiosamente, semanas atrás os hablábamos de una sorprendente nevada en las cumbres de Groenlandia en el mes de agosto.

Un efecto de retroalimentación

La aparición de los primeros episodios de lluvia y la desaparición de la nieve reforzarán este tránsito.

El trabajo advierte que la reducción de la capa de nieve acelerará aún más el calentamiento del Ártico y del planeta a través de la retroalimentación del albedo, el aumento de los flujos de CO2 en invierno, las liberaciones de metano del suelo y el deshielo del permafrost.

Los científicos creen que más lluvia significa más agua dulce en la superficie del océano, lo que podría ayudar al crecimiento de la banquisa ártica, pero más lluvia se asocia con más calor, lo que disminuiría el crecimiento del hielo marino.