Una tormenta tiene un ciclo de vida

Es tiempo de tormenta. Estamos en plena primavera y ello supone que es una época propicia para la formación de las tormentas diurnas, aquellas que cuentan con un ciclo de vida muy definido, condicionado principalmente por la energía que aporta el sol.

En esta época del año, cuando aparece aire frío en altura y la atmósfera da ciertas condiciones para que se formen corrientes convectivas.

Se estima que cada día se forman en el Planeta unas 40.000 tormentas vespertinas. Veamos cómo se generan.

La vida de una tormenta

Una tormenta nace cuando el aire húmedo y relativamente cálido que se encuentra cerca de la superficie asciende a las capas altas de la atmósfera.

Allí se enfría y se produce la condensación casi instantánea del vapor de agua.

Cuanta más humedad ascienda y cuanto más frío esté el aire en capas altas de la atmósfera, más efectivo será este proceso y la nube de tormenta será más importante.

Estaremos hablando de unas condiciones de atmósfera inestable.

Más tormentas en los trópicos

En nuestro Planeta las tormentas más intensas tienen lugar en los Trópicos.

Allí, la temperatura del mar es alta y la insolación favorece que asciendan a las capas altas de la atmósfera ingentes cantidades de humedad.

En nuestra latitud, en las zonas templadas, las tormentas pueden aparecer todo el año, pero en cada época irían asociada a un tipo de inestabilidad.

Si en invierno suelen ir embebidas en el seno de los frentes fríos de lluvia, entre la primavera y el inicio del otoño se forman por el mecanismo de convección que hemos explicado.

Elevación brusca

En esos meses invernales u otoñales la nubosidad de tipo cumuliforme, se forma cuando una masa de aire que yace sobre una determinada región es obligada a levantarse violentamente por la llegada de aire más frío que se mete en cuña, por debajo.

Al elevarse, se produce un enfriamiento adiabático, acusado, dando lugar a la formación de nubes convectivas muy potentes, más cuanto más rápido sea el ascenso y más cargada vaya esa masa de humedad.

Suelo muy caliente

En cambio, en verano, final de la primavera o inicio del otoño, cuando el aire se caldea por la acción del sol o por ejemplo, un terreno afectado por un incendio, se dilata y pierde densidad, por lo que se eleva a las capas altas de la atmósfera.

La dilatación hace bajar la temperatura y esa pérdida de calor, llamada enfriamiento adiabático, es de alrededor de 1ºC por cada 100 metros de ascenso.

Este mecanismo, es el principal modo de formación de las nubes cumuliformes. Veamos cómo es su ciclo de vida

Fases de la tormenta: etapa inicial

En la etapa inicial de formación de una nube de tormenta, se empiezan a generar pequeños cúmulos: nubes con forma algodonosa que poco a poco ganan altura, muestran más células y borbotones en su parte superior pero que no generan precipitación.

Son los Cumulus humilis.

En esta etapa el aire cálido asciende desde la superficie hasta la nube, alimentándola con más energía y vapor de agua

Son corrientes ascendentes que son utilizadas tanto por los amantes de los deportes de vuelo sin motor como por las aves, para volar en círculos, ascendiendo de altura sin necesidad de usar sus alas ni su fuerza para ganar altitud.

Sigue el ciclo de vida de la tormenta: maduración

Si la nube sigue creciendo, puede empezar a contar con un grosor considerable, de varios miles de metros.

Pasará a ser cúmulo mediocris, luego congestus y finalmente cumulonimbus o nube de tormenta.

En esta etapa la nube puede producir lluvia, nieve o granizo además de aparato eléctrico.

Cuando alcanza el nivel más maduro, el de cumulonimbo, la nube cuenta con corrientes ascendentes en uno de sus extremos y de una serie de corrientes descendentes en el otro, que se originan por la caída de las precipitaciones al suelo.

Las corrientes descendentes se generan como consecuencia de la caída de millones de gotas desde lo alto de la nube a la superficie.

Fas de disipación

Por ello, a medida que la nube se acerca al observador se nota la presencia de vientos racheados y fríos que a menudo ya traen impregnado el clásico olor a lluvia incluso antes de que ésta alcance esa zona.

Al empezar a llover se puede decir que arranca la fase final de la tormenta: las corrientes descendentes logran frenar el ascenso de aire cálido y húmedo a las capas altas de la atmósfera y se corta el proceso de creación del cúmulo.

Así, hasta que la nube se disipa o se transforma en algún tipo de nube media o alta sin genera precipitaciones.

Si la inestabilidad es muy importante, es posible que la nube se regenere continuamente por uno de sus flancos, creándose una célula en fase de permanente formación que provocaría precipitaciones muy intensas.