Un peligroso noreaster estacionado sobre Nueva Inglaterra dio un poderoso golpe a la región esta semana. Un noreaster es, esencialmente, un sistema de baja presión que se define tanto por su ubicación como por la dirección desde la cual soplan sus vientos más fuertes. Este noreaster cumple con los criterios para ser considerado un ciclón bomba, debido a la rapidez con que se intensificó la tormenta.

Ciclón bomba, resultado de una ciclogénesis explosiva.

Un ciclón bomba se define como un ciclón de latitudes medias cuya presión de aire central mínima cae al menos 24 milibares en 24 horas. De hecho, en este ciclón la presión cayó más de 30 milibares en menos de 24 horas y estableció récords de baja presión para el mes de octubre en Boston, (Providence, Rhode Island) y Portland, (Maine).

Recordando qué es una ciclogénesis explosiva.

Se trata de un tema recurrente cada año, cuando nos encontramos inmersos en la temporada de formación de profundas borrascas invernales en el Atlántico Norte, por el uso frecuentemente incorrecto y sensacionalista que se les da a estos conceptos, todos ellos referidos al mismo proceso meteorológico.

Una ciclogénesis explosiva o bombogénesis es un proceso meteorológico por el cual se forma una borrasca muy profunda en un periodo de tiempo relativamente corto.

Es decir, la borrasca que se forma a partir de este proceso sufre una caída de presión, o profundización, muy significativa en un periodo de tiempo relativamente corto.

Bomba meteorológica.

Y la borrasca así formada puede recibir el nombre de bomba meteorológica, como la están denominando fuera de nuestro país, weather bomb. Incluso también se admite el de ciclón bomba o bomb cyclone.

De forma más técnica, existen criterios para evaluar estos procesos, y así poder identificarlos correctamente.

Se trata de valores umbral para poder definir un proceso de ciclogénesis como explosiva: Sanders-Gyakum (1980) las definieron como aquellas en las que la caída de la presión central en superficie en un periodo de 24 horas, es superior a 24 • senα / sen60, siendo α la latitud promedio del centro de la baja durante ese periodo (18 hPa / 24 horas, para 41º), siendo igualmente válidos, múltiplos de este ratio, es decir, la mitad del valor obtenido, para un periodo de 12 horas en vez de 24.

Otro criterio similar es el Carlson (1991), que establece un valor de 12 hPa / 24 horas, para 45º de latitud, siendo estos umbrales referidos a ciclogénesis atlánticas.

Apagones en más de 500000 hogares.

El poderoso sistema costero, visto en estas imágenes de la banda día-noche del NOAA-20 desde principios del 17 de octubre de 2019, está trayendo al noreste lluvias muy fuertes y vientos dañinos capaces de derribar las líneas eléctricas.

El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) en Boston informó de ráfagas de viento durante la noche de 90 mph en Provincetown, Massachusetts. Esas ráfagas de viento de gran alcance dejaron sin electricidad a casi medio millón de personas en Massachusetts y Maine a partir de las 11 a.m. ET. En Connecticut, New Hampshire, Nueva York y Rhode Island, más de 100,000 hogares y negocios se despertaron en la oscuridad, según poweroutage.us. Las advertencias y avisos de vientos fuertes siguen vigentes desde la costa de Virginia hasta Massachusetts.

A medida que este sistema se retira, el NWS dice que la población, desde los Apalaches hasta el Noreste, puede esperar ver que las temperaturas bajan 10-20 grados por debajo de lo normal en octubre.

La capa de banda de día y noche de VIIRS se crea utilizando una técnica de detección diseñada para capturar bajas emisiones de luz en condiciones de iluminación variables y se muestra como una imagen en escala de grises. Una relación señal-ruido más alta en comparación con la banda día-noche del satélite Suomi NPP produce imágenes más nítidas.

En marzo ya hubo otro ciclón bomba histórico.

Bomba meteorológica sobre el centro de los Estados Unidos. Imagen de vapor de agua, 13 de marzo de 2019, 19 UTC.

La presión mínima central de la borrasca sufrió un descenso de 33 hPa en 24 horas. Esto supera ampliamente los valores umbral definidos para calificar a este proceso de ciclogénesis como «explosiva».

Pero además, estos procesos casi siempre tienen lugar sobre los océanos. Y que se produzcan en el interior de un territorio terrestre tan enorme como Norteamérica, es algo completamente inusual.

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